viernes, 15 de noviembre de 2013

Para Alejandra Govi

“Yo quiero ser madre, no una fábrica de repuestos”, así proclama Susanita, amiga de Mafalda.

No sería esa la pregunta que deberíamos hacernos las mujeres si tenemos hijos para cumplir con el ¿Mandato?, por ¿Instinto?, o ¿Eligen? ser madres, muchas veces una puede ver a la mujeres como si fueran una fabrica de bebes, desde luego para llegar a la fabrica de bebes, antes deben cumplir con los siguientes mandatos, ser unas niñas adorables, adolescentes perfectas, jóvenes castas, conocer al hombre de su vida, casarse de blanco y luego ser madres; aunque parezca extraño todavía hoy los mandatos matriarcales siguen ocupando el primer lugar de la lista, sólo que las niñas ya no son adorables, las adolescentes no son perfectas y las jóvenes no son castas, conocen varios hombres antes de casarse de blanco (aleluya), aunque no saben si ese será el hombre de su vida (y tampoco importa en estos tiempos), y muchas veces, son madres o casi siempre son madres y no importa la edad, y no importa quien es el hombre que está a su lado, la meta parece ser para muchas mujeres, ser madre; Susanita decía ya en esos tiempos que no quería ser una fábrica de repuestos, y acaso, hoy después de tantos años las mujeres no son en su mayoría fábricas de hacer bebes.

La edad no importa, adolescentes, jóvenes, mujeres en edad adulta, esa es la consigna, parece ser, que para ser mujer, y validarnos como tales, debemos ser madres, de lo contrario no podemos entrar en el círculo de las mujeres madres, que son las únicas con autoridad para hablar de la vida y no importa cual es el nivel intelectual, todavía para ser mujer, hay que ser madre; ¿Hay que ser madre?; o ¿Hay que ser mujer?.

Las otras, las que no cumplen el mandato matriarcal impuesto por la sociedad, son las otras, las parias, las que se mira de reojo, las que se señala con el dedo, aquellas a las que no se les permite acceder al círculo de las mujeres, por qué solo una mujer es mujer cuando cumplió la ley primera, ser madre; como decía Susanita.

 

Stella Maris Leone Geraci

Artista Plástica, Fotógrafa, Escritora


martes, 27 de agosto de 2013

Orígenes y raíces desde el alma.... Para Andrea Torchetti

Orígenes y raíces desde el alma

Que pasa cuando la historia es contada desde un lado, negando la existencia, negando la palabra, negando el origen, durante muchos años, se nos contó la historia de la colonización, en esa historia se nos decía que hacíamos lo mejor para ellos… ¿hacíamos lo mejor?, ¿para ellos?,  ¿para nosotros mismos?; cuánto de miedo a lo desconocido por nosotros influyó en nuestro querer colonizar.

Y si era lo mejor para ellos, por qué ahora están olvidados de nuestra sabiduría, de nuestra supremacía, de nuestro poder para que ellos sean mejores, la gran colonización en América Latina trajo la masacre de los Pueblos Originarios, violaciones, humillaciones, el olvido y el relegamiento de sus culturas, fueron cercados, obligados a cambiar sus costumbres por la de nosotros, los que veníamos de Europa, sus tierras fueron saqueadas y hoy en Argentina la gran mayoría vive en la pobreza, no se los reconoce si pertenecen a un pueblo u otro, hasta ese punto llego la negación de los Pueblos Originarios, el abandono al que son sometidos por parte del estado también da la pauta de que seguimos siendo sus colonos.

La ayuda muchas veces o siempre viene de la mano de la sociedad, Andrea Torchetti desde el arte se comprometió con la Cultura de los Pueblos Originarios, investigando, creando obra que representa su esencia, una máscara, una pintura, una escultura, el texto que escribe para hablar de su obra y hablar de ellos; no importa la técnica, el arte siempre es el motor para hablar de los temas que importan y eso es lo que ella hace, nos habla a nosotros de lo que pasa a varios kilómetros de distancia, además de su compromiso con el arte, Andrea tiene un compromiso social que la lleva a involucrarse desde lo humano, haciendo talleres, murales en escuelas  para juntar alimento, ropa y así donar a las comunidades que más lo necesitan.

El arte suele ser el disparador para que muchos, para que todos (y digo todos en una manera de incluirnos sin diferencia de sexos); para que hablemos de temas sociales y políticos, lejos está de Andrea hacer política, pero cerca esta de su corazón generar conciencia en la sociedad, que muchas veces mira hacia al costado, por suerte no todo está perdido, todavía muchos tienden la mano para ayudar al prójimo sin importar como, Andrea desde el arte nos hace pensar si la colonización de hace 500 años que fue para demostrar un poderío social, no sigue estando presente.


Stella Maris Leone Geraci

Artista Plástica, Fotógrafa, Escritora


jueves, 1 de agosto de 2013

Un día en la vida.... para Virginia Rapallini

Un día en la vida

Acaso no es una vanidad, el mostrarse tan bellas por ahí como si nada, se creen superiores y siempre están con sus mejores colores y formas.

El barroco si bien es uno de los movimientos pictóricos más importantes por el juego de la luz y la sombra, también por las grandes lecciones moralizadoras que intentaban dar a la sociedad, por este motivo utilizaban al arte para darnos lección de moral, donde intentaban mostrar que la belleza y la vida son frágil y efímera.

Tan efímera como las flores que Virginia Rapallini fotografía, con su lente, quien puede negar su belleza, pasar sin detenerse a oler su perfume, ver sus colores y no caer rendidos ante tanta vanidad que ellas tienen, la misma que tenemos nosotros cuando las cortamos para poner en nuestras casas.

De ese encuentro casual surge esta serie Un día en la vida, donde la naturaleza, la belleza, lo efímero, se conjugan para vencer a la muerte, a esa misma muerte a la que la naturaleza y nosotros estamos expuestos.

Así como Edward Weston retrataba con lujo de detalle y nitidez, sus objetos, Virginia logra lo mismo en sus fotografías, nos muestra la fuerza y la intensidad que cada una de las flores tienen, sumado al blanco y negro, las hace lucir como las grandes protagonistas y no importa si su encuentro fue casual y fue Un día en la vida, de ellas, hoy están aquí para que nosotros podamos disfrutar de ese encuentro.


Stella Maris Leone Geraci

  Artista Plástica, Fotógrafa, Escritora


Eólica.... para Miriam Casalnuovo Curto

Eólica

“Eólica: Adj. Relativo al viento. Del proceso erosivo en que interviene el viento como agente principal; acción física que se produce o acciona mediante el viento.”

A veces el sonido que el viento produce al mover las hojas de los árboles, el de los llamadores de ángeles cuando tintinean entre si, el adagio 23 de Mozart, la naturaleza, es la protagonista de la obra, Eólica, habla del movimiento, de la energía, para Mirian Casalnuovo Curto está energía es femenina y le da sentido a su creación, ella la contempla, la escucha, la inspira, y se nutre de ella, así nos da su representación, esa mirada tan especial que Miriam tiene y que siente no sólo en su piel, también en su ser.

Cada artista representa la naturaleza, el viento, la energía con su propio ritmo, con su propio sentir, con los colores que salen de ese momento íntimo que se produce en el proceso de vivir la naturaleza y en el diálogo personal que Miriam mantiene con la tela, es el mismo con el que se detiene a escuchar la naturaleza, ese adagio que puede escuchar a repetición tantas veces como sea necesario para llevar adelante su danza entre la tela, la pintura y el pincel, esa misma danza que vuelca en sus pinturas, y le da movimiento a su obra.

Las formas circulares, las líneas, los espacios, los blanco que nos muestra en su pintura, nos guía en el camino, para que podamos entrar en su mundo, sentir esa energía tiene música y junto a el color marcan el ritmo.


Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica, Fotógrafa, Escritora




viernes, 5 de julio de 2013

Cerrado...... Para Eyelén Giacobbe

Cerrado. Reconstruyendo el paisaje

Vacíos, cerrados, abandonados, bajo las persianas del olvido, así se muestran hoy esos edificios que fueron glorias del pasado, su esplendor quedó oculto bajo las pinturas descaradas, puertas y rejas tapiadas, encadenadas a un destino, de expropiación, de no ocupación, de convertirse en un futuro en pequeños departamentos, esos que están unos al lado del otro sin espacio para el respiro, con paredes tan delgadas que podríamos convivir unos con otros; como en los viejos caserones, y ahí me pregunto ¿cual era su destino?, y ahora ¿cual será su destino?.

Cuántas veces vemos al recorrer nuestro barrio, esas viejas estructuras, cerradas en el tiempo y nos trae el recuerdo de nuestra infancia, recordamos cuando sus luces brillaban,  la pintura olía a nueva, las charlas de las mujeres mientras esperaban ser atendidas, porque a diferencia de lo que pasa ahora, antes todos se conocían, cuántas de estas estructuras, vimos caer, quizás como un reflejo de la decadencia de la sociedad, donde el eternamente joven, manda, para estos viejos edificios, su juventud entró en decadencia, la vejez los abrazó de tal manera, que los sumergió en el olvido, de ellos mismos, de nosotros mismos, en el olvido de sus dueños, en el olvido del barrio, que nos hace ignorar, que el tiempo, nos va a alcanzar a todos; esas puertas cerradas nos muestran la desilusión de sus dueños, el creer que podían tener un futuro, quizás algunos lo tuvieron, pero el ocaso de una vida les llegó a las puertas de entrada, esas mismas que hoy están bajo candados, telas de araña o tapiadas por una pared de ladrillos, para que ni el fantasma del pasado pueda entrar.

Cuando veo esos viejos edificios cerrados me pregunto por la historias que están guardadas muros adentro, las voces de quienes pasaron por ahí, quienes día a día lo habitaban, el recuerdo de una risa, un llanto, una vida, una muerte y entonces el tiempo, vuelve a marcar el ritmo y me vuelve a la realidad de la puerta cerrada.

Eyelén recorre el barrio, su barrio, no solo como quien pasa, y mira, lo ve, lo aprecia,  lo rescata del olvido, para luego volver a construirlos en un nuevo paisaje, que los barrios y la ciudad nos muestran a diario, no es nostalgia el trabajo que realiza Eyelén, es como el trabajo de una arqueóloga, busca, registra, y así lo rescata, los guarda en la  memoria, esa memoria que se diluye en el tiempo de los que habitamos el barrio, esa memoria que se pierde cuando un miembro se va y con Él las historias, un día estas estructuras también se irán, por eso el trabajo de Eyelén en su recorrida por Santos Lugares y Sáenz Peña, es para que no se pierdan en el abismo negro del olvido , con su cámara los trae  al presente, quizás por última vez.


Stella Maris Leone Geraci

Artista plástica, Fotógrafa, Escritora